Conocer la anatomía de la pared torácica, la pleura, el esqueleto
y músculos del tórax, los bronquios, el mediastino (su contenido estructuras
viscerales, vasculares y linfáticas) y el diafragma constituye un principio
fundamental en el aprendizaje de los
elementos básicos en la interpretación de la radiografía de tórax para médicos,
estudiantes de medicina, técnicos radiólogos, y todos aquellos que estén dando
sus primeros pasos en el fascinante y complejo mundo de las imágenes.
Probablemente, la radiografía de
tórax, junto con la historia clínica y la exploración física, sean la base
sobre la que se fundamenta el diagnóstico de una gran cantidad de enfermedades
respiratorias, especialmente por parte del médico de atención primaria, de allí
la importancia de conocer bien la anatomía a fin de poder identificar y
describir cualquier patología.
Como futuros radiólogos debemos conocer la
estructura de nuestro cuerpo y como se compone para así determinar la técnica de
estudio que mejor se adapte a cada órgano. La radiografía simple de tórax es la
más acertada para el estudio de la misma y consiste en la obtención de una
imagen de la zona anatómica en donde se observa la caja torácica así como órganos
contenidos en su interior: pulmón, corazón y diafragma
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